La interrogante sobre los posibles riesgos de someterse a una resonancia magnética para personas con tatuajes es objeto de un estudio prospectivo desarrollado por el Instituto Max Planck para Ciencias Cognitivas y Cerebrales Humanas en Leipzig, Alemania.
Resonancias magnéticas y tatuajes: ¿hay riesgo?
La necesidad de esta investigación surge ante un creciente número de voluntarios tatuados para quienes no existían suficientes datos para determinar la probabilidad de efectos secundarios derivados de las pruebas de resonancia magnética. Aunque cada año millones de personas con tatuajes son escaneadas en hospitales e instalaciones de investigación alrededor del mundo sin efectos secundarios notables, hasta ahora no se había realizado un estudio sistemático sobre la seguridad de estas pruebas en individuos tatuados.
¿Qué sucede con los tatuajes durante la resonancia?
Cuando una persona con tatuajes se somete a una resonancia magnética, los pigmentos ferrosos presentes en la tinta del tatuaje pueden interactuar con el campo magnético estático del escáner. Este campo magnético es generado por el imán permanente de la máquina de resonancia, y es fuerte y constante. Esta interacción puede generar pequeñas fuerzas que provocan una sensación de tirantez en la piel tatuada. Esto generalmente no es perjudicial y sólo puede causar cierto grado de incomodidad.
Pero más allá de la sensación de tirantez, existe un riesgo mayor asociado a los pigmentos de color de los tatuajes. Muchos de estos pigmentos son conductores, lo que significa que pueden generar corrientes eléctricas cuando se exponen a un campo magnético. Durante una resonancia magnética, se utilizan campos magnéticos de alta frecuencia que cambian rápidamente. Si un tatuaje absorbe la energía de estos campos, puede generar calor, ocasionando un calentamiento del tatuaje y la piel circundante.
Este fenómeno de calentamiento es similar al que se produce en un horno de microondas, donde las ondas de radio de alta frecuencia agitan las moléculas de agua en los alimentos, generando calor. De manera similar, en el caso de los tatuajes, las partículas conductoras de los pigmentos pueden absorber la energía del campo magnético de alta frecuencia, produciendo calor.
Si bien este calentamiento suele ser moderado, en situaciones extremas, especialmente con tatuajes grandes o con pigmentos que contienen altas concentraciones de metales conductores, el calentamiento podría ser lo suficientemente intenso como para provocar quemaduras. Aunque es importante destacar que estos casos son extremadamente raros, este es un factor de riesgo potencial que se debe tener en cuenta al realizar resonancias magnéticas en personas con tatuajes.
El estudio sobre tatuajes y resonancias
En el estudio se examinó a 330 participantes antes y después de la resonancia magnética, probando un total de 932 tatuajes. Los investigadores recopilaron información sistemática sobre los tatuajes de los participantes, como su tamaño, ubicación, colores usados y país de origen. Para garantizar la seguridad de los participantes ante posibles quemaduras, se excluyó a algunos voluntarios por la cantidad o tamaño de sus tatuajes, estableciendo que ningún tatuaje superase los veinte centímetros y que no más del cinco por ciento del cuerpo estuviera cubierto por tatuajes.
Resultados del estudio
Los resultados revelaron que la mayoría de los participantes no notó ningún efecto secundario. Hubo un caso en el que se registró una sensación de hormigueo en la piel, relacionada con la exploración, que desapareció en 24 horas sin requerir tratamiento médico.
Recomendaciones finales
Si bien este estudio brinda pautas valiosas sobre la seguridad de las resonancias magnéticas en personas tatuadas, es importante considerar que los resultados se limitan a configuraciones específicas y tipos de escáner. Siempre se debe tener en cuenta el balance entre el riesgo y el beneficio real de diagnosticar una enfermedad.
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