En un giro inesperado de acontecimientos, el estado sureño de Kerala, India, está nuevamente en alerta máxima ante el resurgimiento del mortal virus Nipah, que ha dejado ya dos víctimas fatales y varios hospitalizados. Esta región, ya afectada en 2018 con 17 decesos, enfrenta un nuevo desafío.
El foco rojo se intensifica alrededor del distrito de Kozhikode. Con zonas enteras declaradas como «áreas de contención», se ha ordenado el cierre de escuelas en al menos siete aldeas. La ministra de Salud de Kerala, Veena George, compartió la preocupante situación ante el parlamento, según informes de los medios de comunicación.
Equipo de expertos ha sido movilizado de inmediato. Con la misión de recolectar muestras de murciélagos y árboles frutales – posibles portadores del virus -, el objetivo es descifrar la fuente de esta nueva propagación. «Las pruebas se están realizando tanto en seres humanos como en áreas forestales que podrían ser epicentros del virus», reafirma la ministra George.
Virus Nipah moviliza a las autoridades
La emergencia ha convocado una reunión urgente para trazar estrategias. El estado refuerza su capacidad de respuesta en Kozhikode con la instalación de unidades móviles, y ya se están llevando a cabo estudios epidemiológicos.
El Gobierno no se queda atrás con medidas preventivas. Una serie de recomendaciones para evitar el contagio ha sido lanzada al público, junto con un protocolo en caso de presentar síntomas. La voz de alarma es reforzada por el ministro de Salud nacional, Mansukh Mandaviya, quien recuerda el devastador brote de 2018.
El Nipah no es un enemigo desconocido: fiebre alta, dolor de cabeza, complicaciones respiratorias y musculares son sus señales iniciales, avanzando en algunos casos a encefalitis. Se transmite a través de fluidos corporales, y, en un detalle aún más preocupante, no existe una vacuna preventiva.
Tratándose solo sintomáticamente, su tasa de mortalidad puede llegar al 70% No es de extrañar que las autoridades de la OMS haya incluido el virus Nipah entre lzx enfermedades prioritarias de investigación por su potencial epidémico, al lado de titanes como ébola y zika.