¿Cómo elegir el factor de protección solar adecuado para tu piel? Esta es una pregunta que todos deberíamos hacernos antes de exponernos al sol. El sol, fuente vital de energía y vitamina D, es esencial para nuestra salud y bienestar. Sin embargo, una exposición prolongada y sin protección puede tener consecuencias graves para nuestra piel.
En este artículo, no solo aprenderás sobre la importancia del FPS, sino también cómo identificar tu tipo de piel y las recomendaciones esenciales para garantizar una protección efectiva del sol. Prepárate para disfrutar del sol con responsabilidad y cuidado.
Entendiendo la importancia del factor de protección solar (FPS)

A lo largo de los años, la ciencia y la medicina han arrojado luz sobre cómo la exposición prolongada al sol puede tener consecuencias no solo estéticas, sino también sobre la salud. En este contexto, el factor de protección solar, conocido popularmente como FPS, juega un papel fundamental.
¿Qué es el FPS?
El FPS nos indica el nivel de protección que un protector solar ofrece contra los rayos UVB, responsables de las quemaduras solares. Es, básicamente, una medida que muestra cuánto tiempo más podemos estar al sol con el protector solar aplicado sin quemarnos en comparación con la piel desprotegida.
Por ejemplo, si una persona sin protección solar tarda 10 minutos en comenzar a enrojecerse, al usar un protector con FPS 30, teóricamente podría estar 300 minutos (10 x 30) sin sufrir quemaduras.
Protección contra el daño celular
Más allá de las quemaduras visibles en la superficie de la piel, los rayos ultravioleta pueden causar daños a nivel celular. Estos daños acumulativos, con el tiempo, pueden desencadenar en problemas más serios como el cáncer de piel. Utilizar un FPS adecuado disminuye considerablemente el riesgo de daño a nivel celular.
Envejecimiento prematuro
El sol es una de las principales causas del envejecimiento prematuro de la piel. Las arrugas, las manchas y la pérdida de firmeza a menudo están asociadas a una exposición solar excesiva y sin protección. Un buen FPS puede ayudar a preservar la juventud y la salud de la piel por más tiempo.
Variabilidad según el tipo de radiación
Es importante tener en cuenta que el FPS hace referencia principal a la protección contra los rayos UVB. Sin embargo, los rayos UVA, que penetran más profundamente en la piel y son responsables del envejecimiento prematuro y de ciertos tipos de cáncer de piel, también están presentes durante todo el año. Por ello, es crucial optar por protectores solares de «amplio espectro», que protegen contra ambos tipos de rayos.
Un aliado en la prevención del cáncer de piel
Según datos de organizaciones de salud mundial, el cáncer de piel es uno de los más diagnosticados globalmente, y su incidencia ha ido en aumento en las últimas décadas. Elegir y aplicar correctamente un protector solar con el FPS adecuado es uno de los métodos más efectivos de prevención.
Entender y valorar la importancia del FPS es esencial. No se trata simplemente de evitar una quemadura molesta tras un día de playa, sino de proteger la salud y vitalidad de nuestra piel a largo plazo.
Conociendo tu tipo de piel: clave para una elección acertada

La piel es el órgano más extenso del cuerpo humano y, al mismo tiempo, uno de los más variables. Su tonalidad, textura y sensibilidad pueden diferir enormemente de una persona a otra.
Por eso, no es de extrañar que el factor de protección solar que resulta adecuado para una persona pueda no serlo para otra. Conocer tu tipo de piel es esencial para seleccionar el protector solar que te brindará la máxima protección.
Piel clara
Las personas con piel clara, ojos azules o verdes, y cabello rubio o pelirrojo, suelen ser más sensibles al sol. Esta sensibilidad les hace más propensas a quemarse y a sufrir daños por la radiación UV. Por eso, suelen requerir un FPS más alto, a menudo, 50 o más, especialmente si planean estar al aire libre durante un tiempo prolongado.
Piel morena
Aunque las personas con piel morena tienen una mayor protección natural contra el sol debido a la mayor presencia de melanina, esto no significa que estén exentas de daños solares. Pueden optar por un FPS ligeramente más bajo que las personas con piel clara, pero es esencial no subestimar la necesidad de protección. Un FPS entre 30 y 50 suele ser recomendable.
Piel oscura
Las personas con piel oscura tienen aún más melanina que las de piel morena. Sin embargo, a pesar de esta protección natural, aún corren riesgos de sufrir daños en su ADN por la radiación UV, lo que puede desencadenar en cáncer de piel. Un FPS de al menos 30 es aconsejable.
Piel sensible
El factor de protección solar recomendado para piel sensible es esencial para prevenir reacciones alérgicas o irritaciones. Estas pieles necesitan productos sin fragancias, sin alcohol y, preferentemente, con ingredientes físicos como el óxido de zinc.
Piel con afecciones preexistentes
Las personas con antecedentes de cáncer de piel, con lunares atípicos o enfermedades que los hagan más sensibles al sol, como el lupus, deben ser especialmente cuidadosas. Es crucial que elijan un FPS alto y se aseguren de reaplicar el protector solar con regularidad.
No basta con elegir cualquier protector solar del estante. Es esencial seleccionar uno que sea adecuado para tu tipo de piel y necesidades específicas.
Factores a considerar: exposición solar y actividad al aire libre
La cantidad de sol a la que nos exponemos no solo depende de la duración, sino también de la intensidad de los rayos solares, que puede variar según diversos factores. La actividad que realicemos al aire libre también influye en cómo y cuánto nos protegemos.
Altitud y latitud
Cuanto más cerca estemos del ecuador o a mayor altitud, más intensos son los rayos ultravioleta. Por lo tanto, si te encuentras en zonas montañosas o cerca del ecuador, incrementa el factor de protección solar.
Reflejo del sol
El agua, la nieve y la arena reflejan el sol, intensificando la exposición a los rayos UV. Si estás practicando deportes de invierno o pasando el día en la playa, es esencial incrementar el FPS y reaplicarlo con frecuencia.
Nubosidad
Un error común es pensar que, en un día nublado, el riesgo de quemaduras solares se reduce significativamente. Si bien las nubes pueden filtrar parte de la radiación, no bloquean por completo los rayos UV. Protegerse incluso en días nublados es crucial.
Actividades acuáticas o que induzcan sudoración
Nadar, practicar deportes o cualquier actividad que provoque sudor puede disminuir la eficacia del protector solar, incluso si es resistente al agua. En estos casos, es necesario reaplicar el producto con más frecuencia, idealmente cada dos horas o inmediatamente después de sudar o nadar.
Tiempo de exposición
Si planeas estar al aire libre durante un tiempo prolongado, es recomendable optar por un FPS más alto. Recuerda que no solo se trata de la duración sino también de la intensidad de la radiación solar.
Teniendo en cuenta estos factores y ajustando el tipo y la cantidad de protector solar utilizado, puedes maximizar la protección contra los efectos nocivos del sol, garantizando una experiencia al aire libre más segura.
Desmitificando los números del FPS: ¿qué significan realmente?

Cuando vemos una botella de protector solar, el número asociado con el FPS es probablemente lo primero que notamos. Pero, ¿qué nos dice realmente este número?
Factor de Protección Solar (FPS)
El FPS indica cuánto tiempo más puedes estar al sol sin quemarte, usando protector solar, en comparación con no usarlo. Por ejemplo, si usas un protector con FPS 30, teóricamente puedes estar 30 veces más tiempo al sol antes de quemarte que si no usaras protector. Sin embargo, esta teoría depende de la correcta aplicación y reaplicación del producto.
Un FPS 15, por ejemplo, bloquea aproximadamente el 93% de los rayos UVB, mientras que un FPS 30 bloquea alrededor del 97% y un FPS 50, el 98%. Si bien la diferencia entre 30 y 50 puede parecer mínima, en pieles extremadamente sensibles o con antecedentes de cáncer de piel, ese 1% puede ser crucial.
FPS bajo (menos de 15)
Este tipo de protector solar ofrece protección contra los rayos UVB, pero no necesariamente contra los UVA. Es adecuado para personas con piel oscura que raramente se queman. Sin embargo, si buscas una protección más integral, es mejor optar por un FPS más alto.
FPS medio (15-50)
Es el rango más comúnmente utilizado y recomendado. Ofrece protección tanto contra rayos UVB como UVA. Es adecuado para personas con piel clara que tienden a quemarse pero que también desean broncearse.
FPS alto (50+)
Estos protectores solares son ideales para personas con piel muy clara, niños, y aquellos con condiciones médicas específicas o antecedentes de cáncer de piel. Aunque no ofrecen el doble de protección que un FPS 25, sí proporcionan un margen de seguridad adicional.
Es vital recordar que ningún protector solar ofrece una protección del 100%. Además, el FPS solo mide la protección contra los rayos UVB, no contra los UVA, que también son dañinos. Por eso, es esencial buscar protectores que ofrezcan «protección amplio espectro», lo cual nos lleva al siguiente punto.
Protección amplio espectro: ¿por qué es esencial?
La radiación ultravioleta (UV) proviene principalmente del sol, pero no toda la radiación UV es igual. Se divide en dos tipos principales: UVA y UVB. Cada tipo tiene efectos diferentes sobre nuestra piel y, por ende, necesitamos protección contra ambos.
UVA (Rays UltraViolet A)
Estos rayos son constantes durante todo el año, independientemente de la temporada. Penetran profundamente en la piel, y son los principales responsables del envejecimiento prematuro y de contribuir al desarrollo de cáncer de piel. Su intensidad no varía mucho a lo largo del día.
UVB (Rays UltraViolet B)
Estos rayos son más intensos entre las 10 a.m. y las 4 p.m., especialmente durante los meses de verano. Son los culpables de las quemaduras solares y juegan un papel clave en el desarrollo de cáncer de piel. A diferencia de los rayos UVA, los rayos UVB varían en intensidad dependiendo de la temporada y la hora del día.
La «protección amplio espectro» significa que el protector solar protege contra ambos tipos de rayos UV. Mientras que el FPS nos indica cuánta protección ofrecen contra los rayos UVB, la designación de amplio espectro nos asegura que también estamos protegidos contra los dañinos rayos UVA.
Es esencial seleccionar un protector solar con protección amplio espectro para garantizar que nuestra piel esté resguardada tanto de las quemaduras solares como del envejecimiento prematuro y, lo más importante, del cáncer de piel.
Pieles sensibles y niños: recomendaciones especiales de FPS

Tanto las pieles sensibles como la delicada piel de los niños requieren atención especial cuando se trata de protección solar. Estas pieles son más susceptibles a las quemaduras, irritaciones y otros problemas cutáneos relacionados con la exposición solar.
Piel sensible
Las personas con piel sensible suelen reaccionar más fácilmente a ciertos ingredientes químicos presentes en los protectores solares. Para estas personas, es esencial:
Elegir protectores solares físicos o minerales
Estos protectores solares utilizan ingredientes como el óxido de zinc o el dióxido de titanio para formar una barrera física que refleja los rayos solares.
Evitar productos con alcohol, fragancias o conservantes
Estos pueden irritar o causar reacciones alérgicas en pieles sensibles.
Realizar una prueba de parche
Antes de aplicar el protector solar en todo el cuerpo, es aconsejable probarlo en una pequeña área de la piel para verificar cualquier reacción adversa.
Niños
La piel de los niños es más delgada y vulnerable que la de los adultos. Por ello, requiere una protección solar más robusta:
Usar un FPS alto: Se recomienda un FPS de 50 o superior para niños.
Optar por protectores solares de amplio espectro: Estos ofrecen protección contra ambos tipos de rayos UV.
Reaplicar con frecuencia: Es crucial reaplicar el protector solar cada dos horas, y tras nadar o sudar.
Evitar la exposición solar directa: Sobre todo entre las 10 a.m. y las 4 p.m., cuando los rayos del sol son más fuertes.
Usar barreras físicas: Además del protector solar, es aconsejable que los niños usen sombreros de ala ancha, gafas de sol y ropa con protección UV.
Proteger adecuadamente las pieles sensibles y la piel de los niños no solo previene quemaduras dolorosas, sino que también instaura hábitos saludables desde temprana edad, minimizando el riesgo de problemas cutáneos a largo plazo.
Incorporando el factor de maquillaje y cuidado diario
En la actualidad, cuidar nuestra piel del sol no significa renunciar a nuestra rutina diaria de belleza. Con la creciente conciencia sobre la importancia de la protección solar, muchas marcas de cosméticos han incorporado el FPS en sus productos, permitiendo que el maquillaje y el cuidado diario se fusionen sin problemas.
Maquillaje con FPS
No es raro encontrar bases, BB creams, CC creams y polvos con algún grado de protección solar incluido. Sin embargo, es crucial entender que estos productos no deben ser nuestra principal fuente de protección solar.
Cantidad aplicada: Raramente aplicamos la cantidad necesaria de maquillaje para lograr el FPS indicado en el envase.
Reaplicación: Es poco probable que reapliquemos maquillaje con la misma frecuencia que un protector solar, especialmente si consideramos que se debe reponer cada dos horas.
Cobertura uniforme: El maquillaje no siempre se aplica de forma homogénea, lo que puede dejar áreas de la piel expuestas.
Dicho esto, el maquillaje con FPS es un excelente complemento para un protector solar, pero nunca un sustituto. Si optas por productos de maquillaje con FPS, estos actuarán como una capa adicional de protección.
Productos de cuidado diario con FPS
Las cremas hidratantes, sérums y otros productos para el cuidado facial a menudo incluyen FPS en sus fórmulas. Estos son ideales para aquellos días en los que la exposición al sol es mínima. Sin embargo, al igual que con el maquillaje, estos productos no deben ser la única defensa contra los rayos solares, especialmente en días de alta exposición.
Integrando FPS en la rutina
Aplica primero el protector solar: Tras limpiar e hidratar tu piel, el protector solar debe ser el siguiente paso. Deja que se absorba bien antes de aplicar el maquillaje.
Reaplica durante el día: Si vas a estar al aire libre, considera llevar un protector solar en spray o en polvo para facilitar la reaplicación, incluso sobre el maquillaje.
No te olvides del cuello y el escote: Estas áreas suelen ser ignoradas en nuestra rutina de belleza, pero también requieren protección solar.
La integración del FPS en nuestros productos diarios es un testimonio de la creciente conciencia sobre la importancia de la protección solar. Sin embargo, nunca debemos subestimar la necesidad de un protector solar dedicado en nuestra rutina.
Pasos para aplicar correctamente el protector solar
Aunque pueda parecer obvio, la aplicación adecuada del protector solar es un paso crucial para garantizar una protección óptima contra los dañinos rayos ultravioleta. Una aplicación insuficiente o incorrecta puede disminuir considerablemente su eficacia.
Cantidad adecuada
Para cubrir adecuadamente el cuerpo de un adulto, es necesario usar aproximadamente 35 ml de protector solar, lo que equivale a un vaso de chupito. Esto asegura que la piel recibe la protección indicada en el envase.
Aplica antes de salir
El protector solar necesita tiempo para ser absorbido y comenzar a actuar. Por ello, se recomienda aplicarlo al menos 20-30 minutos antes de la exposición solar.
No te olvides de las zonas “ocultas”
Orejas, párpados, la parte posterior de las rodillas y los pies son zonas que a menudo se olvidan. Estas áreas son igualmente susceptibles a quemaduras y deben ser protegidas.
Distribución uniforme
Asegúrate de que el protector solar se extiende de manera uniforme sobre la piel. No dejes áreas sin cubrir, y sé generoso en la aplicación.
Reaplicar cada dos horas
Con el tiempo, el sudor, el agua y el roce pueden reducir la efectividad del protector solar. Por lo tanto, es esencial reaplicar cada dos horas, y siempre después de nadar o sudar.
Cuida tus labios
Los labios también pueden quemarse. Considera utilizar un bálsamo labial con FPS.
Usa protector solar incluso en días nublados
Hasta un 80% de los rayos UV pueden penetrar las nubes, por lo que es vital protegerse incluso en días que no parezcan soleados.
Evita el uso de productos caducados
La eficacia del protector solar disminuye con el tiempo. Si el producto ha cambiado de olor, textura o color, o si ha pasado la fecha de caducidad, es mejor desecharlo.
La correcta aplicación del protector solar es tan importante como la elección del FPS adecuado. Una buena rutina de protección solar no solo previene las quemaduras, sino que también ayuda a mantener la piel joven y saludable y reduce el riesgo de enfermedades cutáneas a largo plazo.
Reaplicación: el secreto para mantener la protección solar

Uno de los errores más comunes al usar protector solar es aplicarlo una vez y olvidarse de él durante el resto del día. Sin embargo, la reaplicación es esencial para mantener un nivel de protección adecuado y constante contra los rayos UV.
¿Por qué es necesaria la reaplicación?
A lo largo del día, diversos factores pueden reducir la eficacia de tu protector solar:
Sudoración: El sudor puede llevarse consigo parte del protector solar, disminuyendo su capacidad de proteger la piel.
Actividades acuáticas: Aunque utilices un protector solar resistente al agua, su eficacia se reduce después de un periodo de tiempo en el agua.
Rozamiento: El simple acto de secarse con una toalla, cambiarse de ropa o incluso sentarse en la arena de la playa puede eliminar parte del protector.
Consejos para una reaplicación efectiva:
Cada dos horas: Como norma general, reaplica el protector solar cada dos horas. Si has estado nadando o sudando mucho, quizás necesites hacerlo con mayor frecuencia.
Después de nadar: Aunque hayas estado en el agua solo unos minutos, es recomendable reaplicar.
Usa la cantidad adecuada: No escatimes en producto. Asegúrate de aplicar una capa generosa para que toda la piel esté bien protegida.
Practica la reaplicación en rostro: Si llevas maquillaje, existen protectores en formato spray o polvo que puedes aplicar sin arruinar tu look.
Mantén siempre a mano tu protector: Lleva siempre contigo el protector solar en tu bolso o mochila, así no tendrás excusas para no reaplicar.
Beneficios de la reaplicación
Mantener la piel protegida a lo largo del día no solo evita las quemaduras solares inmediatas, sino que también minimiza el daño acumulativo que puede llevar al envejecimiento prematuro y aumentar el riesgo de cáncer de piel. La constancia en la reaplicación asegura que tu piel tenga siempre una barrera contra los dañinos rayos UV.
El secreto de una buena protección solar no reside solo en la elección del producto adecuado, sino también en cómo y cuándo lo aplicamos. La reaplicación es un paso a menudo subestimado, pero esencial para mantener nuestra piel a salvo y en óptimas condiciones.
Recomendaciones finales
Elegir el protector solar adecuado es un ejercicio de responsabilidad con nuestra salud cutánea. Desde entender la importancia del factor de protección solar (FPS), pasando por conocer nuestro tipo de piel, hasta los aspectos prácticos de cómo y cuándo aplicar y reaplicar el producto, cada etapa es crucial.
Si tienes una piel sensible o propensa a alergias, es imperativo que consultes con un dermatólogo para obtener un consejo experto. Además, para los niños, es preferible optar por fórmulas específicas que sean más suaves pero igual de efectivas.
Si eres una persona que disfruta del aire libre, no subestimes la importancia de proteger tu piel también en condiciones climáticas adversas o durante las estaciones más frías. Los rayos UV no entienden de temperatura; por lo tanto, el cuidado debe ser constante.
Siempre aplica protector solar en una capa generosa y de forma uniforme, prestando atención a las áreas a menudo olvidadas como las orejas, los pies o el cuello. Y recuerda, la reaplicación es tan vital como la primera aplicación.
Si sigues todos estos consejos y te mantienes informado sobre los últimos avances en protección solar, estarás dando un gran paso en el cuidado de tu piel y, a la larga, de tu salud en general.