La diabetes tipo 1 en niños siempre ha sido un reto en términos de gestión, especialmente en niños. Sin embargo, nuevos avances en tecnología médica prometen cambiar ese panorama de manera significativa. De acuerdo con un estudio presentado en ENDO 2023, las reuniones anuales de la Sociedad Endocrina de los Estados Unidos, los sistemas de administración de insulina de circuito cerrado pueden mejorar el control glucémico en niños con diabetes tipo 1 sin causar efectos adversos.
¿Qué son los sistemas de circuito cerrado?
Los sistemas de circuito cerrado, también conocidos como «páncreas artificial«, son dispositivos avanzados que están revolucionando la forma en que manejamos la diabetes. Conformados por un monitor continuo de glucosa y una bomba de insulina, estos sistemas trabajan conjuntamente para regular automáticamente los niveles de azúcar en la sangre de las personas con diabetes.
Esta es una tecnología inteligente que aprende y adapta su funcionamiento a las necesidades del usuario. El monitor de glucosa mide constantemente los niveles de azúcar en la sangre y envía esa información a la bomba de insulina. Esta última, a su vez, calcula la cantidad de insulina necesaria y la administra al cuerpo del paciente, ajustando las dosis según los niveles de azúcar detectados.
Lo que distingue a este sistema es su capacidad para operar en un «bucle cerrado», es decir, su funcionamiento es completamente autónomo y no requiere de intervención manual constante. Esto supone una mejora significativa en la calidad de vida de los pacientes, ya que les permite tener un control más ajustado de su glucemia y, al mismo tiempo, les libera de la tarea continua de calcular y administrar sus dosis de insulina.

Aprobación y estudios sobre sistemas de circuito cerrado
En 2020, el primer sistema de circuito cerrado recibió la aprobación para su uso pediátrico en los Estados Unidos, marcando un hito en la atención de la diabetes tipo 1 en niños. Desde entonces, la ciencia no ha cesado de trabajar en el estudio y la mejora de estos sistemas, realizando numerosos ensayos clínicos aleatorizados para determinar su eficacia y seguridad.
A pesar de los muchos ensayos realizados, hasta ahora no se había hecho una revisión exhaustiva de los estudios que evaluaban el impacto a largo plazo del uso de los sistemas de circuito cerrado en los niveles de glucosa en niños y adolescentes con diabetes tipo 1. Esta necesidad se hacía cada vez más evidente, ya que, si bien la aprobación inicial y los ensayos iniciales han sido prometedores, es crucial entender cómo estos sistemas afectan a los pacientes a largo plazo, especialmente en una población tan vulnerable como los niños y adolescentes con diabetes tipo 1.
Por lo tanto, la realización de esta revisión y los resultados obtenidos representan un avance sustancial en el campo, proporcionando evidencia valiosa sobre la efectividad y seguridad de los sistemas de circuito cerrado en el manejo a largo plazo de la diabetes tipo 1 en pacientes jóvenes.
Mejora del control glucémico
Según Amanda Godoi, investigadora del estudio y representante de la Universidad de Cardiff (Reino Unido), el uso de sistemas de circuito cerrado conduce a un mejor control de la glucosa. Esto significa una importante oportunidad de tratamiento para reducir las complicaciones y la morbilidad en niños con diabetes tipo 1.
El estudio revisó nueve ensayos controlados aleatorios de al menos 12 semanas de duración que comparaban los sistemas de circuito cerrado con la atención habitual en un total de 892 niños con diabetes tipo 1. Los resultados fueron contundentes: los niños que utilizaron un sistema de circuito cerrado experimentaron una pequeña pero significativa reducción del 0,35% en los niveles de HbA1c, un análisis de sangre que mide los niveles medios de azúcar en sangre durante los últimos tres meses.
Además, estos niños lograron aumentar en promedio un 9,96% el tiempo en un rango óptimo de glucosa, sin aumentar el riesgo de efectos adversos como la hipoglucemia y la cetoacidosis diabética.

Recomendaciones Finales
Con la tecnología médica avanzando a pasos agigantados, la gestión de enfermedades crónicas como la diabetes tipo 1 está viendo mejoras significativas. Los sistemas de administración de insulina de circuito cerrado, aprobados y probados en estudios clínicos rigurosos, parecen ofrecer una opción de tratamiento segura y superior a los cuidados habituales para controlar los niveles de glucosa en niños con diabetes tipo 1.